Cada queso se debe cortar de una forma diferente. No todas las piezas poseen un sabor uniforme. El queso debe cortarse siempre de manera que se obtenga una parte del centro y de la corteza. Es importante que todo el mundo tenga la posibilidad de probar todas las partes, descubrir los matices de sabor forma parte del placer de degustar los quesos. Por lo tanto, es importante siempre cortarlo bien y repartir la corteza si es comestible.

¿Lo sabía?

Las propiedades organolépticas de la leche están relacionadas con la alimentación de los animales, de este modo, el sabor del queso varía en función de la leche que se emplee para su elaboración. En invierno los animales se alimentan de heno, mientras que en primavera y verano se nutren de pastos verdes mezclados con la flora silvestre.

Es preferible consumir quesos de pasta blanda y corteza enmohecida en primavera y a principios de verano. Los quesos de pasta prensada sin cocer se degustan en su punto óptimo de maduración, en verano. Los de pasta veteada son ideales en otoño e invierno. El Roquefort, por su parte, se aconseja consumir desde mediados de noviembre hasta finales de agosto.

Los quesos de cabra ofrecen el mejor sabor desde principios de primavera hasta finales de verano.